En el colegio me enseñaron cosas tan útiles como la teoría de los conjuntos, a hacer raíces cuadradas a mano, lo de los guisantes amarillos rugosos de Mendel, los ríos de Cantabria, el tiempo subjuntivo, a hacer botijos con barro (en serio), Con diez cañones por banda viento en popa a toda vela, a hacer climogramas, a bailar con el cuebanuco atrás-tras-tras-tras y las partes de la célula (una y otra y otra vez hasta que me sangraron las mitocondrias).
Pero desgraciadamente se olvidaron de enseñarme lo que más voy a necesitar en Madrid:
Ser vuestra puta del crack.
Precisamente me estoy leyendo El Almuerzo desnudo! Qué gran libro joder, se lo voy recomendando a todo el mundo.
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