lunes, 14 de junio de 2010

Die Übbernagel

Hace varias semanas que la uña del dedo pulgar de mi pie izquierdo no crece. Me preocupaba. Pero ya no. Me he dado cuenta de que no necesito que mis uñas crezcan para sentirme vivo. Me he dado cuenta de que nadie necesita realmente que sus uñas crezcan. Su crecimiento no hace más que recordarnos nuestra imperfección, como el apéndice, el vestigio de rabo o el hecho de que vomitemos por una cavidad capaz de saborear.

Pero yo he evolucionado, o al menos estoy en camino. De momento ya tengo una superuña, una uña perfecta que ha detenido su crecimiento para siempre, estableciéndose definitivamente en una longitud fucional y duradera. Nietzsche muérete de envidia, esto sólo es el comienzo.


PD: Si me lee algún podólogo agradecería algún consejo al respecto. Porque aunque google me había tranquilizado un poco con los siguientes resultados... :

No me crecía la uña pero al final sí y todo me fue bien -> 2.050.000 resultados.
No me crecía la uña y acabé muerto -> 378.000 resultados.

...Joe Perkins me ha hecho ver que quizás esta aventura de superación uñística pueda acabar de forma sorprendente:

No me crecía la uña y al final era Gary Coleman -> 133.000.000 resultados

2 comentarios:

  1. Sigo pensando que te está creciendo a la inversa, te llegará al cerebro y tendrás que usar un cortauñas especial a través de la nariz para que no te atraviese la pituitaria.

    ResponderEliminar
  2. They suport the Canadian strike!!
    por cierto, quizá en esta entrada encuentres preguntas a tus respuestas:
    http://lacupuladelaira.blogspot.com/2009/12/unas-la-eterna-lucha.html

    ResponderEliminar

¡Comenta o muere!