domingo, 30 de enero de 2011

Hay un señor en la estación de autobuses de Burgos.

Hay un señor en la estación de autobuses de Burgos. Está siempre ahí a pie de dársena. Jornada completa, como un trabajador más, pero no es un trabajador más, es un farsante.

De vez en cuando se acerca a uno de los autobuses que están a punto de partir, se diluye entre la gente que está despidiéndose de sus conocidos y comienza con su teatrillo. Finge que también tiene a un conocido en ese autobús y se despide de él. Se despide muy efusivamente, algunos días incluso se atreve a lanzar besos, besos al vacío. Durante esos pocos segundos no está sólo.

Lo que él no sabe es que mucha gente de esos autobuses está representando la misma farsa pero a la inversa. Ellos tampoco tienen a nadie ahí abajo. Pero al menos estos segundos farsantes viajan.

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