sábado, 26 de febrero de 2011

Trollemaster


El otro día vi La Profecía, la de Gregory Peck, pero este no es uno de esos blogs en los que el autor aburre a la gente contando su puta vida. En la peli hay un momento muy cinematográfico, ya cuando la pareja sospecha que su hijo es un demonio, en el que Gregory Peck que ha viajado a Italia para investigar el asunto llama a su mujer en Estados Unidos para decirle que huya del país. La mujer le pregunta que por qué, que qué pasa, pero el mago del suspense de su marido no se lo quiere decir. Y ojo, que la mujer está en el hospital escayoladísima, con la movilidad impedida, pero da igual, la tía le hace caso e intenta huir del país, ¿cómo no le va a hacer caso? es su marido y es embajador, si no puedes fiarte ni de tu marido embajador apaga y vámonos ¿no?.

Esta misma situación se repite en infinidad de películas, son esas pequeñas mierdecillas del cine que nos entran por los ojos como si nada, esas excrecencias necesarias para que un personaje no repita hablando lo que el espectador acaba de ver, esas incongruencias que ya ni notamos gracias al efecto de acumulación y la suspensión de la incredulidad.

-Nicole, tienes que salir de casa ¡Ahora!
-¿¡Pero qué ocurre!?
-¡No hay tiempo para eso!, ¡Sal de casa!
-Pero...
-Pe-pe-pero el poncho ¡Sal de casa! ¡YA!

Ya me dirás lo que se tarda en decir algo como 'la casa va a explotar' o 'el tío camuñas acecha en el armario'. Yo creo que hasta ahorras tiempo porque no te hacen preguntas. Pero bueno, es la magia del cine.

¿Es la magia del cine trasladable al mundo real? No siempre, -todos mis intentos de fabricar un monopatín volador han acabado en tragedia amoratada- pero creo que si durante muchos años llevas una vida ordenada y ejemplar, seria, aburrida y diligente puedes llegar a tener un gran Potencial Troll. Acumulas la confianza de tus semejantes durante años para de repente ser capaz de gastar las bromas más inverosímiles y convertirte en el Trollemaster de la residencia de ancianos.



Imagínaos. En realidad Gregory Peck ha descubierto en Italia que su hijo es perfectamente normal y para celebrarlo se le va la puta cabeza y decide gastarle un BROMÓN a su mujer, le llama fingiendo estar preocupadísimo, consigue hacerla volar escayolada hasta Italia y luego se descojona en su cara de momia mientras descorcha una botella de Lambrusco.

3 comentarios:

  1. Jaja, pero Peck puede haber ido mucho más lejos y haber orquestado TODO con el único objetivo de hacerle esa última broma a su mujer, que si pasando dos horas cada tarde amaestrando a los perros, que si metiendo anti-antidepresivos en la bebida de la niñera hasta que consigue que se suicide...

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  2. hasta ahora solo habia oido hablar del tio camuñas en los simpson. pero parece costar menos decirlo, que decir no hay tiempo. gran pelicula la profecia.la dos consige estar a la altura.

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