sábado, 13 de noviembre de 2010

Análisis publicitario de periodicidad imprevisible: SCOTTEX

El perro de Scottex tiene tantos años como los payasos de Micolor, el mayordomo de Tenn o los niños de los anuncios de Kinder, pero no fue hasta el otro día cuando caí en la cuenta del horror que llevan sugiriéndonos durante tantísimo tiempo.

La asociación de ideas es básica pero lo que implica es tan terrible que mi cerebro había permanecido impermeable al espanto que ahora no puedo quitarme de la cabeza. El valor del producto que quieren resaltar es la suavidad, es un papel suave, ¿suave como las nubes? ¿suave como el algodón? no, suave como un cachorro de Golden Retriever. Lo que nos quieren decir es que con Scottex limpiarse el culo es una experiencia tan cálida y reconfortante como si te pasaras un perro chico por el hojaldre. Y toda esa alegoría de abuso especista te la plantean en un entorno bucólico, con el perro correteando feliz, ignorando su destino fecaloide. Con sonrisas de dientes blancos en cabezas rubias de caras tan perfectas que parecen de plástico. Con niños sacados del catálogo de la colección de verano del Carrefour acariciando al perro mientras le susurran en sus orejas caídas amenazas diarreicas.

Espero que PETA o alguna asociación animalista tome cartas en el asunto, no sé, contra estupideces más ridículas han luchado.

3 comentarios:

  1. Lo peor de todo es que el perro parece estar amaestrado para que le guste, porque corre con la lengua fuera, destino: un culo a la trufa. Los meses de entrenamiento que esto implica, desde la normal repulsión por parte del cachorro hasta la total aceptación es también hórridamente pesadillesco.

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  2. Si te pasas un perrito por el culo varias veces ¿quedará a franjas como las cebras?
    Inquietante post...

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